sábado, 20 de octubre de 2012

Cincuenta sombras de Grey (E. L. James)

Anastasia Steele es una joven universitaria centrada en sus estudios y que jamás ha tenido una relación sentimental. Su compañera de piso, que dirige la revista de los alumnos, enferma y le encarga que viaje hasta Seattle para entrevistar a un joven empresario de éxito. Anastasia queda profundamente impresionada por el multimillonario entrevistado, hasta el punto de quedar prendada de él desde el primer instante.


Tras años sin actualizar este blog, la lectura de esta novela (acabo de terminarla) me ha empujado de manera irresistible a publicar una nueva entrada. 
Confieso que no supe de su existencia hasta que una amiga me preguntó si la había leído, para conocer "un punto de vista masculino".
Lo primero que me llamó la atención es el modo en que está narrado: en presente y en primera persona. Imagino que la autora habrá elegido este tipo de narrador para darle más fuerza a las escenas de sexo, o tal vez para que el lector conozca los pensamientos de la protagonista de primera mano. Lo cierto es que, al inicio me pareció un recurso arriesgado, a las cien páginas ya se había convertido en un estilo cargante, y a las trescientas se me hizo insoportable. La calidad literaria de la novela me parece pésima, tanto en estilo como en su trama y si tuviese que definirla con una única palabra, me debatiría entre "ñoña" o "aburrida".

El lenguaje utilizado es muy coloquial, más que una universitaria, la universitaria parece una colegiala. El texto está lleno de expresiones como "Uau", "madre mía" o "joder". 
La trama es totalmente estática, durante quinientas páginas no ocurre casi nada más que el encuentro inicial y  una sucesión de desiguales encuentros con sexo y llenos de desconcierto de su protagonista. Lo único que mueve la historia es el final, que en una novela clásica representaría el conflicto narrativo y lo encontraríamos antes de la página 100. 
Me esperaba una novela erótica y me encontré con una novela romántica (en el peor sentido de la palabra), salpicada de ocasiones descripciones explícitas de unas escenas de sexo tremendamente difíciles de creer. No soy aficionado a la literatura erótica (y a la romántica tampoco), pero sé apreciar la calidad. Esta novela carece de ella. 
Me ha aburrido muchísimo, hasta el punto de que ha sido un reto terminar la novela. Los personajes son más planos que la estepa siberiana y su lectura me dejó el regusto de haber leído la obra de un autor principiante. Una principiante que ha vendido muchos millones de ejemplares por todo el mundo.

Mi calificación: mal.

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