miércoles, 14 de abril de 2010

Te daré la tierra (Chufo Lloréns)

Martí Barbany es un joven campesino catalán que vive en el condado de Barcelona de mediados del siglo XI. El día que cumple dieciocho años recibe una misiva que le conduce a descubrir que su difunto padre, un soldado que se pasó su vida a las órdenes del conde, le había dejado una sustanciosa herencia.
Martí tiene las cosas muy claras y un incansable espíritu emprendedor, comienza a comprar propiedades y a comenzar prósperos negocios con un objetivo final: llegar a ser algún día ciudadano de Barcelona y lograr así el amor de la chica de sus sueños, perteneciente a una influyente familia.

Bajo el agradable recuerdo de la lectura de "La catedral del mar" de Ildefonso Falcones, me apetecía leer esta popular novela histórica también ambientada en la Barcelona medieval.
Lo cierto es que las dos novelas poseen grandes similitudes. Además de la ambientación (aunque en este caso la acción se desarrolla un par de siglos antes), el protagonista de ambas es de origen humilde y se hace a sí mismo. En este caso, recibe una gran ayuda en forma de herencia de su casi desconocido padre. Ésta es una novela menos exagerada, menos violenta, sometida a menores vaivenes. Eso sí, el protagonista también es un dechado de virtudes: trabajador, sufridor, libre de prejuicios, inteligente y bueno.
Como toda novela con vocación de best seller posee tres tramas, aunque en este caso la principal, la de Martí, posee un peso muchísimo mayor. Las otras dos son las intrigas palaciegas y la familia del amigo judío del protagonista.
Cómo no, un malo malísimo. Sólo uno, pero bastante bien perfilado. Ruin, mezquino, pero no sólo justifica sus reprobables acciones antes los demás sino, esto es lo más interesante del personaje, ante sí mismo.
El autor pone al personaje en pocos aprietos. Ello me sorprendió, por la rigidez social que se presupone a la Edad Media. Sin embargo, parece que Lloréns se basó en un personaje real, tal vez por ello no tiene tanta fuerza literaria.
Creo que los personajes podrían estar mejor trabajados, salvo en el caso de la condesa y del mezquino consejero, los personajes son arquetipos. Sin embargo, la ambientación está bastante bien lograda.
Por último, la novela culmina con un buen final aunque en cierto modo previsible.

Mi calificación: bien.


2 comentarios:

Victoria Caridad dijo...

Respecto a tu comentario sobre que has terminado el Libro Te dare la Tierra

No te parece que AIXA era la eterna prometida de Rashid al-Melik (el que le daba el petroleo y la formula del fuego griego)

Parecia que se iba a desarrollar hasta que, de repente le sacan los Ojos y le cortan la Lengua a la chica... lo ultimo que se sabe del Hombre es que quiere conocer Barcelona antes de morir y todo quedo al aire

eso y el uso de la formula del fuego griego que, a menos que haya sido Martin o El cura, quien incendiara la casa del Padrastro de Laia, tampoco se empleo.

Que opinas tu??

Me parece todo quedo demasciado al aire como si los capitulos al final necesitaran ser terminados sin desarrollar lo necesariamente desarrollable..

Nota: Odie lo sadico de la tortura de la esclava y lo suave que le toco a Mostcusi de solo 5 anos de exilio despues de todas sus asquerosidades
Lo de Almodis y la perdida de su virtud femenina es adorable, sobre todo admirar finalmente a la Condesa de Carcasona Ermesenda y la ventaja de la inteligencia.

Lómeron dijo...

Gracias, Victoria por compartir tus impresiones.
Leí el libro hace ya bastantes meses y se comienzan a borrar los detalles de mi mente, quedando solo las tramas principales (suele pasar con este tipo de libros, disfrutas leyéndolos pero a la larga dejan poca huella).
No me pareció de Aixa eso que dices. Creo que el personaje es solo un instrumento para el autor, para que se conozcan los protagonistas y para demostrar la crueldad del malo. Por ello no creo que fue nunca intención del autor desarrollar demasiado el personaje.
Es cierto que quedan varias cosas en el aire. Supongo que el autor tenía muchísimo material y tuvo que eliminar una buena parte, por lo que quedaron cosas sin explicar o sin desarrollar demasiado.
Lo que comentas del final, es un rasgo común en miles de novelas. Ansías un gran final, pero este cuando aparece, es algo precipitado. "Olvidado rey Gudú" de la recientemente premiada Ana María Matute es un buen ejemplo de ello.
En cuanto al castigo a Montcusí: lo veo totalmente plausible. Te en cuenta la mentalidad de la época. Ya se tuvo que recurrir a una triquiñuela legal para que quedase en evidencia. Era una sociedad sumamente rígida, donde había una justicia para nobles, clero y poderosos y otra para los demás.

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