sábado, 4 de octubre de 2008

La bruja de Portobello (Paulo Coelho)

Athena, hija adoptiva de un rico matrimonio libanés que emigra a Londres, es una joven muy devota que comienza a experimentar con otras realidades a través de una danza mística importada de Siberia. Su camino espiritual la llevará a adentrarse en los secretos de la Gran Madre, la antigua diosa.

Como todos los libros de Coelho (al menos en los siete que he leído), además de contar una historia, la obra lleva un mensaje que es repetido hasta la saciedad. En este caso la historia está escrita de forma que cada capítulo recoge el testimonio de uno de los personajes que conoció a la protagonista. Como siempre, la prosa de Coelho es fluida y fácil de leer. Sin embargo creo que no tiene demasiado éxito a la hora de ponerse en el lugar de los diferentes personajes, más que a la madre de la protagonista, su ex marido, un periodista enamorado, he visto a Coelho simulando que es una madre, un ex marido, un periodista enamorado.
En este caso el "mensaje" que se deja al lector es el conocimiento de la Gran Madre, la fecunda y cercana deidad femenina en oposición al Dios judeocristiano omnipotente y lejano. Esta deidad es la ancestral diosa ya representanda en el Paleolítico y por tanto de culto mucho más antiguo que el Dios monoteísta.
Las manifestaciones de esta diosa son múltiples y cada uno debe elegir su propio camino para comunicarse con ella, todo lo contrario del dogmático catolicismo y sus rígidos ritos y normas.
Me interesó más la primera parte del libro en que la protagonista busca algo pero no sabe qué. La segunda, en que la protagonista se adentra en los secretos de la Madre me llegó a aburrir hasta el punto de desear que el libro se terminase ya.
En definitiva, no es el peor libro de Coelho (a orillas... me horrorizó) pero dista mucho de la otra historia sobre una bruja (Brida).

Mi calificación: interesante (y gracias).

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