
Abro una nueva etapa en este humilde blog con un comentario de
la primera novela de un autor independiente que conocí gracias a sus
interesantes y certeras intervenciones en Twitter (@rangual). Con mucha
curiosidad y un cierto temor ante lo que pudiese encontrarme entre sus páginas,
demoré la lectura hasta el mes de agosto, en los únicos días del año en que
podría concentrarme en la obra como el autor se merecía (que, muy amable, me
dedicó mi ejemplar de la novela).
Lo primero que me llamó la atención fue la escasa extensión
de los capítulos, organizados además en ¡seis! partes, con lo que la novela se
presenta secuenciada en fugaces destellos narrados en tercera persona pero tan
centrados en la figura de César (sobre el que recae todo el peso de la novela)
que casi parece narrada por su protagonista. Enseguida la prosa desplegada por el autor me fue dejando una buena impresión: accesible (sin
rebuscamientos) pero cuidada y fluida. El escritor sin ofrecernos más que unas
pinceladas nos va mostrando la situación del protagonista, un hombre (no exento de remordimientos) que aún no
ha terminado de superar la muerte de su esposa pero que ha de proseguir con su
vida por el bien de sus hijos.
Hago ahora un inciso dedicado a la edición (no habitual en
mis comentarios) pero que creo necesario por tratarse de una obra publicada
fuera del círculo de las grandes editoriales: el papel, la encuadernación, la
portada, la maquetación… me parecieron muy dignos, ahora bien, la obra pide a
gritos una revisión (inexcusables los muchos errores ortográficos de la
edición) que solo me explico por el bajo presupuesto destinado por las
editoriales a obras de autores poco conocidos.
Volviendo al contenido de la novela, me dejó bastante
desconcertado la disparidad en el enfoque en diferentes partes de la obra.
Porque “La escritura necesaria” posee pasajes de sexo (muy) explícito propios
de una novela erótica, otros de un misterio con una tensión paranormal cercanos
a la literatura de terror y todo ello conectado por un desarrollo ambientado en la vida cotidiana de
un padre que busca colegio para sus hijos y que lucha por sacar su trabajo
adelante. Cada una de estas partes está ciertamente lograda (la extraña familia
que habitó en tiempos la casa recién ocupada por César y sus hijos me dejó con
tal desasosiego que incluso llegué a soñar con sus tétricas fotografías) y, por
poner otro ejemplo, el personaje de la madre de César –cuando lo visita para
ayudarle con los niños- me pareció tan, tan verídico que la imaginaba delante de
mí, real como la vida, mientras leía sus intervenciones. No obstante, ya a la
mitad de la lectura (y sobre todo al concluirla) tuve la impresión de que
faltaba argamasa en la novela, como que estaban muy bien sus partes (escalofriantes,
creíbles y muy bien plasmados los sucesos paranormales) pero que al conjunto le
faltaba más desarrollo, más empaque, más fuerza de cohesión, quizás me faltó
más ambiente lugareño de una Rioja que no conozco (siempre satisface al lector
de novela aprender de lo leído), o quizás un César con más poderío, con una
motivación más perentoria que cumplir con el encargo de una novela temática. Es decir, por momentos me pareció que era una historia muy compleja contada con demasiadas pocas palabras, proporcionándome escaso espacio para entrar en ambiente. Eché además en falta un César visto en mayores aprietos (salvo en el final, la única fuerza
que se le opone es el difuso tictac del plazo de entrega de la novela), algo
que me ayudase a identificarme más con el protagonista que la afinidad sentida por
su dedicación a la literatura.
Sin embargo, el regusto a la conclusión de la novela no fue
amargo. El final es algo repentino, es cierto, pero creo que a la historia le
vino bien un cambio de ritmo que acelerase la acción y precipitase los
acontecimientos hasta la resolución de los conflictos que envuelven a César. ¿Balance?
Diría que positivo, con “peros”. Desde luego no es una novela convencional en
el sentido comercial y para mí es un punto a favor. Me resulta imposible
clasificar esta novela en un único género pero de tener que sintetizarla diría que es una novela de terror psicológico con tintes realistas.
Sé que el autor está
preparando una segunda novela donde la Prehistoria posee un papel central,
habrá que seguirlo de cerca.
Mi calificación: interesante.
2 comentarios:
Una sorpresa comprobar que sigo teniendo lectores.
Es complicado que te lean partiendo de las últimas filas.
La verdad que me ha gustado tu lectura, diferente y sincera.
Una vez un tuitero resumió la novela en un tweet de la siguiente manera:
"Ejercicio imperfecto pero interesante"
Se asemeja a la tuya, y me halaga. Esas carencias que comentas de más extensión en algunas partes es una sugerencia común de muchos lectores, pero la novela es así, concisa. En caso de haber ampliado esas partes las sensaciones finales del lector hubieran sido otras, y me temo que no mejores. Me gusta la brevedad, pero sobre todo considero que en el intento por hacer una buena prosa, es casi imprescindible dicha brevedad. Difícil de explicar...
Así que nada, agradecido a tu lectura y a tu reseña. Ahora estoy tratando de "vender" otra novela, que te aseguro que tampoco dejará indiferente a nadie. Cuando menos, eso es lo que puedo ofrecer. A veces me pregunto si los lectores, después de leerme, esperan a la siguiente novela con interés o huirán de mi estilo...
El tiempo lo dirá, pero me siento incapaz de cambiar el estilo. Años buscando una voz propia y cuando la encuentras ya no hay marcha atrás.
Un abrazo
Rubén
¡Que ilusión que autor comente mi reseña a una novela!
Estoy de acuerdo en tus apreciaciones sobre la concisión y el cuidado de la prosa. Aborrezco el "spam" literario (páginas y páginas de puro relleno) pero (quizás con demasiada exigencia) también aspiro a lecturas, sí cuidadas en todo momento, pero con la suficiente... llamémosle insistencia que haga posible que interiorice el universo que me propone la obra. Con los fogonazos (casi siempre certeros, eso sí) de la novela me quedaron ganás de más, ansias de verme en medio del mundo de César y asumirlo como propio.
Tu estilo me gusta, leeré (espero) tu próxima novela...
Un abrazo.
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